Antes de empezar, el oso no es un símbolo oficial de Rusia y nunca lo ha sido. El símbolo oficial de la Rusia actual es un águila bicéfala (aparece en el emblema nacional). Pero al menos durante cinco siglos, desde fuera de Rusia han estado tratando persistentemente de persuadirnos de lo contrario. En algún momento, el número de personas en todo el mundo que creían en esta idea superó el umbral crítico... Así que es más fácil aceptar este malentendido que tratar de explicar por qué no es cierto.
Y hasta aquí llegamos: lanzando un enorme oso inflable al cielo en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de 1980, y haciendo de él un símbolo del partido más grande del país. Pero empecemos desde el principio.
Lo que es cierto en toda esta historia es el hecho de que los osos han sido venerados en Rusia desde la antigüedad. Para los eslavos paganos el oso era en efecto un animal totémico.
También se sabe que durante varios siglos durante la Edad Media había en Rusia compañías con osos domesticados, que sabían bailar, hacer trucos sencillos y mendigar y viajaban a lo largo y ancho del país.
Una de las principales tareas de los osos en aquella época eran las ejecuciones, que se practicaban mucho antes de que las ejecuciones de osos se convirtieran en algo habitual bajo el reinado de Iván el Terrible en el siglo XVI. A veces los osos se utilizaban indirectamente en las ejecuciones: un convicto era cosido en una piel de oso y se le ponían perros, que acababan arrancando la piel de oso y mordiendo al hombre que estaba dentro.
Copia del cuadro de Víktor Vasnetsov "El entrenimiento del zar, la lucha del perrero del zar contra el oso", 1897. Museo Estatal de Historia, Moscú
Vladímir Vdovin/SputnikSin embargo, no son estas historias de horror las que se propagan por todo el mundo con tanta facilidad. En 1526, el diplomático austríaco Siegmund von Herberstein escribió sobre el invierno ruso: “Los osos, impulsados por el hambre, abandonaron los bosques, corrieron alrededor de los pueblos vecinos y entraron en las casas; a la vista de ellos, los aldeanos huyeron de sus casas y murieron de frío, una muerte lamentable”. Durante los siguientes cien años, este relato fue copiado por viajeros italianos, polacos, británicos, alemanes y holandeses a Rusia. Entonces la presencia de osos en las calles rusas se consideró algo normal. Así nació uno de los mitos más perdurables sobre Rusia: que hay osos caminando por las calles por todas partes.
En realidad, no era una especie de conspiración europea. Lo más probable es que se extendiera por la publicidad que hacían los astutos comerciantes ingleses, que desde mediados del siglo XVI visitaban regularmente Rusia. La idea que los británicos tenían de Rusia estaba determinada por las exportaciones que venían de allí: miel, pieles, lana, grasa, cera y lo que los habitantes de la vieja Inglaterra creían que era grasa de oso. Esta grasa hizo a la imagen de Rusia lo que los croissants hicieron a la imagen de París.
Los comerciantes promovieron la grasa de oso rusa como el mejor remedio para la pérdida de cabello. ¿Sobre qué base? Sobre la base de que los osos son muy peludos. El hecho de que la grasa viniera de la lejana Rusia explicaba el exorbitante precio.
De hecho, lo que se vendía como “grasa de oso” era a veces grasa de cerdo inglesa, pero los caballeros ingleses estaban demasiado preocupados por curar su embarazosa calvicie, mientras que la publicidad hacía su trabajo.
Otra razón por la que a los ojos de los europeos, Rusia estaba asociada con los osos era una famosa academia de osos, que se creó en el siglo XVII en Smorgon. Eso de llamarse academia quizá era un poco ambicioso porque no era más que una escuela privada donde los osos eran entrenados para todos los circos europeos. Y no importaba que en ese momento Smorgon formara parte del Estado Libre Asociado polaco-lituano. El europeo medio no estaba especialmente preocupado por la precisión geográfica. Sabían que estaba en algún lugar del este y que en algún lugar del este estaba Rusia.
Por lo tanto, no es de extrañar que cuando Inglaterra comenzó a producir caricaturas y grabados políticos en el siglo XIX, Rusia siempre fuera representada como un oso. La imagen fue tomada por otros. Durante la Guerra Fría el oso se convirtió en una metáfora de la política cruel y sanguinaria de la URSS.
¿Les gustaba a los rusos el oso como símbolo? Es difícil de decir, ya que el animal siempre aparecía por algún lugar. Su popularidad en Europa fue tal que la Unión Soviética decidió que la imagen negativa del oso podía al menos convertirse en positiva, simplemente recordando a Occidente que el oso era también un animal muy valiente, fuerte y tenaz. Y una gran mascota para... ¡los Juegos Olímpicos!
Cuando en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980 la mascota del oso se elevó al cielo en docenas de globos, muchos espectadores rusos empezaron a llorar.
Más tarde, después de la desintegración de la URSS, el oso fue uno de los contendientes a aparecer en el emblema nacional ruso, pero perdió ante el águila bicéfala de la época imperial. Sin embargo, volvió a principios de la década de 2000, cuando fue elegido como el símbolo del partido gobernante, Rusia Unida.
Si quieres ver osos en Rusia, este es el lugar perfecto para hacerlo.
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